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lunes, 21 de diciembre de 2015











 

 

 

 

 

 

 

 

Hacia un nuevo humanismo

 Después de esta enorme crisis que nos azota, tal vez sea el momento de volver a introducir el misterio en el mundo. La modernidad desencantó el mundo, para huir del misterio, del pensamiento religioso y de los dogmas; esto aportó una gran dosis de libertad y no sería justo, atacar todos los aspectos de la modernidad, porque con ella se lograron infinitos logros en todos los ámbitos del saber y su importancia es enorme si tenemos en cuenta el difícil contexto de la naciente ciencia. La sociedad inglesa, era en el renacimiento una sociedad (y posteriormente también, hasta bien entrada la revolución industrial) oprimida y muerta de hambre, carecía de toda libertad y por eso el liberalismo de Adam Smith, hay que verlo con el verdadero matiz de progreso que supuso en esa sociedad y en ese momento. En esos momentos el campesino inglés estaba unido hasta legalmente a sus tierras miserables, donde lo único que conseguía con su trabajo era ser explotado por el señor feudal. Esto en las críticas modernas al liberalismo casi nunca se suele decir. Otro tanto sucedía en la Europa de Descartes. Es la época de la Guerra de los Treinta Años, después de la Reforma de Lutero. Europa quedó devastada tanto intelectualmente como materialmente. El mismo Descartes fue soldado en esa guerra. Las personas ilustradas europeas vivían con gran zozobra la falta de creencias donde agarrarse, por esto veremos que la búsqueda de Descartes de un pensamiento claro y distinto que le dé certezas era mucho más que una búsqueda intelectual (que también) era una necesidad vital. Todo lo que antecede es oportuno por los ataques indiscriminados que se hacen a la Modernidad en la actualidad muchos sectores sociales, dejándose llevar de la furia y el sentimiento de frustración, al haber descubierto que en esa modernidad se coló de rondón el capitalismo sin escrúpulos con un afán inconmensurable de lucro y que lo facilitó el desarrollo tecnológico que permitió la globalización y la explotación masiva de la naturaleza. Desde los primeros momentos, este capitalismo estuvo unido al patriarcado, con la consiguiente explotación de la mujer. Este Capitalismo y este Patriarcado es lo que hay que combatir de la Modernidad. Los dualismos que se generan con el mecanicismo de Descartes y completados con Newton, fueron un adelanto extraordinario para el mundo de lo muerto y nos ha servido tanto para fabricar tornillos, como para posar un artefacto complejo en el suelo de un cometa, como ha sucedido estos días. Después de estas reflexiones; según mi parecer, es el momento de volver a reencantar el mundo, de volver a introducir el misterio; pero no con dogmas religiosos, sino con el pensamiento complejo que la propia ciencia nos ofrece en su búsqueda incesante de comprender el mundo. Estos adelantos no solo han venido de la propia física. La relatividad, la mecánica cuántica sino sobre todo de la biología y del pensamiento ecológico que nos está ayudando a desenmascarar los mitos y las mentiras, que el capitalismo nos vierte a través de los medios de comunicación de masas. Quiero cerrar este artículo, proponiéndole a la humanidad una larga conversación como propone Richard Rorty. Donde lleguemos con espíritu de búsqueda, con humildad, sabiendo que todas las propuestas siempre son provisionales (esto lo digo yo) Esta es mi reflexión, para colaborar y aclarar el complejo panorama donde estamos metidos y para desenmascarar a todos los culpables que somos todos, en Occidente, pero con una gravedad y culpabilidad mayor los representantes de este capitalismo depredador, que en su insaciable ambición desoyó todas las voces que le advirtieron de que este modelo social y económico no podía seguir. El Club de Roma, en sus sucesivos informes  alertó de los límites del crecimiento y como científicamente el problema demográfico era por culpa de la pobreza. Es lo que piensan los científicos y los investigadores del MIT. Parece más que demostrado que, cuando los países aumentan su bienestar y sus medios de subsistencia disminuye la natalidad. El grave problema es que esto ya hace mucho tiempo que es conocido y entonces la menor densidad humana y el menor índice de carga de los ecosistemas y con menos devastación ambiental, habría hecho más cómoda la solución de los problemas que nos afligen. El nuevo hombre ético debe surgir de la comprensión de los problemas que nos atenazan. Otro tema es quien auspicia los informes del club de Roma aunque sean impecables en sus conclusiones…esto me recuerda también quien financió la investigación del Dr. Caldeyro Barcia en Uruguay, pero eso será tema de otro artículo…

 

J.L. Bermúdez Carbonell.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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