La
economía, ejemplo de pensamiento reduccionista y camelístico
“Quien crea que un
crecimiento exponencial puede durar siempre en un mundo finito o está loco o es
un economista” (Kenneth Boulding). De los cuatro jinetes modernos que azotan
nuestro mundo, hoy nos detendremos más en la economía y dejaremos para
otra ocasión, la ciencia y la tecnología en manos poderosas
económicamente y con un desmedido afán de lucro. En la última sesión del
ateneo nos detuvimos en el pensamiento dicotómico que crea la modernidad con
Descartes y la culmina Newton con su síntesis, desde entonces el mundo es visto
como un enorme reloj, donde se buscará el orden y sus leyes universales que
rigen el universo, esto lo conocemos
como mecanicismo. Esto ha creado un tipo de ciencia simplificadora y
analítica que descompone los fenómenos hasta sus partes más pequeñas, para
buscar las causas; este es el método cartesiano que todavía prevalece en la
actualidad. Explica bastante bien el mundo de lo muerto, pero no tiene en
cuenta para nada el mundo en su complejidad, ni las consecuencias que esa
tecnociencia tendrá para el mundo de lo vivo y para la degradación del propio
planeta. El momento decisivo de la economía actual, se dio cuando la
naciente ciencia económica neoclásica otorga al intercambio de cualquiera de
los factores de producción el valor económico y se puede intercambiar con
capital. O sea que la cultura capitalista otorga valor a los objetos en función
de su traducción monetaria. El mundo del capital solo mira su crecimiento, no importándole nada las cusas profundas de
su crecimiento. La producción capitalista se opone a la reproducción en las
clásicas dicotomías (producción mercancías dinero/ reproducción y trabajo de cuidados en manos de la mujer
principalmente y sin contabilidad para la economía). Todo lo dicho hasta aquí
muy brevemente por motivos de espacio, es puesto en cuestión, primero desde
diferentes disciplinas pero actualmente ya existe una nueva ciencia que ha
creado un nuevo paradigma, una nueva síntesis, que trata de superar las
oposiciones dicotómicas y jerárquicas donde la ciencia y la sociedad en el
mundo patriarcal y capitalista de un modo sinérgico han atribuido
arbitrariamente a diferentes valores, dándoles un valor universal a lo que han
hecho representar por los varones y menospreciando y subordinando al mundo del
varón, estos valores arbitrariamente atribuidos (aquí podemos apreciar con
claridad como los pretendidos valores axiológicos neutrales de la ciencia no lo
son tampoco ) a la mujer. Ejemplos de falsas dicotomías: Hombre/ mujer,
cultura/ naturaleza, mente/ cuerpo, producción/ reproducción... La riqueza que
permite la vida en el planeta, tiene su origen en el sol (incluidos los materiales
fósiles de todo tipo) y la vida, como sistema abierto que aunque sometido a la
segunda ley de la termodinámica (la entropía), permite mantener su organización
merced al uso que hace del ambiente en forma de alimentación, de plantas o de
otros seres vivos, o sea se nutre de neguentropía o entropía negativa hasta que
cumple su ciclo vital y muere. Esta nueva dimensión critica a la ciencia de la
modernidad, aparece en diferentes disciplinas, primero en biólogos, luego en
psicólogos, pero también en el campo de la sociología y las humanidades, así
como en la medicina, pero donde se da un cambio dramático y significativo es en
el campo de la física teórica y de la matemática. Hoy conocemos el nuevo
paradigma como CAOS, ESTRUCTURAS DISIPATIVAS, TEORÍA SISTÉMICA, CIENCIA
ECOLÓGICA, PENSAMIENTO COMPLEJO..., (Morín, Varela, Maturana, Prigogine...).
La economía no es una
ciencia, es una ideología artera para justificar los latrocinios…
J.L. Bermúdez Carbonell
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