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lunes, 21 de diciembre de 2015









 

 

 

 

 

 

 

 

 

La economía, ejemplo de pensamiento reduccionista y camelístico

 

“Quien crea que un crecimiento exponencial puede durar siempre en un mundo finito o está loco o es un economista” (Kenneth Boulding). De los cuatro jinetes modernos que azotan nuestro mundo, hoy nos detendremos más en la economía y dejaremos para otra ocasión, la ciencia y la tecnología en manos poderosas económicamente y con un desmedido afán de lucro. En la última sesión del ateneo nos detuvimos en el pensamiento dicotómico que crea la modernidad con Descartes y la culmina Newton con su síntesis, desde entonces el mundo es visto como un enorme reloj, donde se buscará el orden y sus leyes universales que rigen el universo, esto lo conocemos  como mecanicismo. Esto ha creado un tipo de ciencia simplificadora y analítica que descompone los fenómenos hasta sus partes más pequeñas, para buscar las causas; este es el método cartesiano que todavía prevalece en la actualidad. Explica bastante bien el mundo de lo muerto, pero no tiene en cuenta para nada el mundo en su complejidad, ni las consecuencias que esa tecnociencia tendrá para el mundo de lo vivo y para la degradación del propio planeta. El momento decisivo de la economía actual, se dio cuando la naciente ciencia económica neoclásica otorga al intercambio de cualquiera de los factores de producción el valor económico y se puede intercambiar con capital. O sea que la cultura capitalista otorga valor a los objetos en función de su traducción monetaria. El mundo del capital solo mira su crecimiento,  no importándole nada las cusas profundas de su crecimiento. La producción capitalista se opone a la reproducción en las clásicas dicotomías (producción mercancías dinero/ reproducción y  trabajo de cuidados en manos de la mujer principalmente y sin contabilidad para la economía). Todo lo dicho hasta aquí muy brevemente por motivos de espacio, es puesto en cuestión, primero desde diferentes disciplinas pero actualmente ya existe una nueva ciencia que ha creado un nuevo paradigma, una nueva síntesis, que trata de superar las oposiciones dicotómicas y jerárquicas donde la ciencia y la sociedad en el mundo patriarcal y capitalista de un modo sinérgico han atribuido arbitrariamente a diferentes valores, dándoles un valor universal a lo que han hecho representar por los varones y menospreciando y subordinando al mundo del varón, estos valores arbitrariamente atribuidos (aquí podemos apreciar con claridad como los pretendidos valores axiológicos neutrales de la ciencia no lo son tampoco ) a la mujer. Ejemplos de falsas dicotomías: Hombre/ mujer, cultura/ naturaleza, mente/ cuerpo, producción/ reproducción... La riqueza que permite la vida en el planeta, tiene su origen en el sol (incluidos los materiales fósiles de todo tipo) y la vida, como sistema abierto que aunque sometido a la segunda ley de la termodinámica (la entropía), permite mantener su organización merced al uso que hace del ambiente en forma de alimentación, de plantas o de otros seres vivos, o sea se nutre de neguentropía o entropía negativa hasta que cumple su ciclo vital y muere. Esta nueva dimensión critica a la ciencia de la modernidad, aparece en diferentes disciplinas, primero en biólogos, luego en psicólogos, pero también en el campo de la sociología y las humanidades, así como en la medicina, pero donde se da un cambio dramático y significativo es en el campo de la física teórica y de la matemática. Hoy conocemos el nuevo paradigma como CAOS, ESTRUCTURAS DISIPATIVAS, TEORÍA SISTÉMICA, CIENCIA ECOLÓGICA, PENSAMIENTO COMPLEJO..., (Morín, Varela, Maturana, Prigogine...).

 

La economía no es una ciencia, es una ideología artera para justificar los latrocinios…

 

J.L. Bermúdez Carbonell

 

 

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